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Sheng Tiang Hong. Pintor entre Dusseldorf y Beijing

Sheng es pintor, vive una mitad del año en Alemania, la otra en China y su trabajo pone un pie en cada lado. Lo visité una mañana en un estudio de dos plantas enormes en un edificio industrial un poco desolado, frente a unas vías. Songzhuang, el barrio en los suburbios de Beijing donde vive era originariamente de agricultores, se fue poblando de artistas y ahora son más de dos mil. La mayoría de ellos parece mirar Occidente con una indiferencia que no llega al desdén, simplemente porque viven en un planeta con más de mil trescientos millones de personas que gira en su propia órbita  y no sienten la necesidad de saber quiénes somos. Sheng es uno de los pocos, entre tantos otros que conocí en el barrio, que habla inglés y está empapado de las cuestiones occidentales. Es locuaz, cálido y extrovertido.

– Sheng, qué es lo que te hace saltar de la cama cada mañana?

-Llevo más de diez años viviendo en este estudio, así que las pinturas que me rodean ya son parte de mi vida cotidiana. Cuando me levanto a la mañana y bajo desde el segundo piso al primero, encuentro muchas pinturas sin terminar y necesito hacerlo:  trabajar, mirar, pensar. Es una tarea solitaria, el lugar donde vivo y trabajo se parecen mucho a mi cerebro.

-¿Quiénes son artistas en tu familia? ¿Cómo te influenciaron? 

-Mi padre y mi hermano mayor son pintores de arte chino tradicional. Yo empecé a aprender a pintar a los seis años según la tradición china, copiando las obras de los grandes maestros. Luego crecí en los 80,  durante la época en que China abrió sus puertas, cuando de repente la cultura de Occidente llegó de regreso y los artistas se pusieron a copiar su arte moderno y contemporáneo. 

-Contame más acerca de tu relación con Europa y China. ¿Por qué elegís como inspiración el punto de encuentro entre ambas?

-Fui un adolescente al que le gustaba el arte occidental, esa fue una de las razones por las que viajé a Alemania en 1998, para estudiar en la Academia de Arte de Düsseldorf. Me interesaba la fotografía contemporánea, particularmente la tendencia que marcó la Escuela de Fotografía de ahí de los años ’90. Quizás porque provengo de una familia de artistas disfruto mucho de la historia del arte,  he visitado muchas galerías, museos y librerías de arte en en Europa y aquí, y tengo una fuerte influencia del arte moderno, desde Cézanne al cubismo, desde Van Gogh a de Kooning. También me interesa el arte folclórico chino, no particularmente la cultura de la China»roja», el pop político, me interesa la cultura ancestral que dejamos atrás porque siento que es más fuerte, incluso ahora, que está escondida. Hoy resulta fácil viajar por el mundo, o vivir en dos o más países, por lo que creo que el arte es realmente multicultural y trato de mostrar eso en mis trabajos. Soy un artista entre dos culturas y necesito explorar el punto en que ambas se encuentran.

-¿Cómo es tu cotidiano en Düsseldorf? ¿Se parece o es diferente al de China?

-Cuando vivía en Düsseldorf como estudiante de arte casi todos los días iba a pintar a la facultad y los fines de semana, una vez que terminaba de estudiar,  iba a museos y galerías de arte. Después conseguí una visa de artista, entonces trabajaba en mi casa y me preparaba para las muestras: convivía con mis pinturas, mirándolas una y otra vez, pensando y volviendo a pensar, sintiéndome insatisfecho, aunque reconozco que con el tiempo empecé a sentirme mejor. Necesito tiempo….para todo. Aquí en Songzhuang, que está lejos de Beijing, se me hace difícil llegar al distrito de arte 798 para ver  muestras o conferencias, estoy aislado. 

-Así que tu cotidiano en Düsseldorf se parece a tu vida en Songzhuang…

-Mi vida personal se parece, pero las sociedades alemana y china son muy diferentes.

Mishima Yukio, el legendario escritor japonés. Compré esta postal en una librería de literatura alemana en 2012: es una de esas 100 postales de escritores de Phaidon. Me inetresó su mirada atractiva esbozada con líneas grises, puse diamantes brillando en la esquina superior izquierda, escribí Mishima Yukio al estilo de su firma, y finalmente pinté una gardenia brillante.

Klaus Kinski, famoso actor de la posguerra alemana. Encontré su foto en un sitio web y cuando lo vi con el cigarrillo colgando en la boca, el cuello de la camisa abierta y esa mirada me hizo acordar a Leslie Cheung, la estrella de cine de Hong Kong. La forma en la que lo pinté está influenciada por el pintor francés Bernard Buffet.

David Bowie. Vi la tapa de la revista alemana de arte Monopol, ahí estaba el rock star británico con sus ojos azules, vestido con corbata y camisa blanca. Había cierta falta de expresión en su cara, se veía raro. Basado en esa foto hice una obra sólo con línea, pero sentía que era un poco monótona y la dejé a un lado. Un día, de casualidad, la sombra de una planta en mi estudio se proyectó sobre la obra, así que pinté esas hojas sobre el margen izquierdo de forma vertical  y después agregué el logo de «Diamond», una marca china de los 60.

Hombre latino y Dunhuang cazando

I love you mon amour

Eileeng Chang

-¿Querés contarnos sobre tus futuros proyectos?

– Sí. Voy a estar en Art Beijing y también estoy preparando una muestra individual.

-¿Algo más?

-Estoy contento de haber hecho esta entrevista con vos. Guardaré buenos recuerdos de vos en Songzhuang, y deseo que estés bien en Argentina.

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