Taller Maturín

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El taller Maturín, por Adrián Unger.

Maturín es único en el mundo. Porque en la calle Maturín 2256 del Barrio de La Paternal en Buenos Aires, Argentina, hay un solo taller Maturín. Únicamente por eso es único. Por todo el resto, es uno más de los espacios de arte compartidos del barrio, del país, del planeta, del universo.

Al inicio los nueve nos hicimos uno, para transformar lo que había sido la tapicería de una enorme fábrica de muebles. Estaba venida abajo y comandada por una bandada de palomas (a las que logramos desplazar con diplomacia). El esfuerzo conjunto dio un resultado increíble, el espacio se hizo ser vivo. Hubo después una instancia de elegirle nombre y, aunque surgieron muchos, quedó el nombre de la calle. Y al parecer Maturín fue un jefe de los pueblos originarios del 1700 de algún lugar en Sud-américa.

¿Pero qué es lo que nos mantiene unidos alimentando a ese ser enorme?

Seguro no estamos juntos porque vivamos en ese barrio histórico, porque ninguno vive por ahí. Tampoco es que seamos todos pintores, escultores, dibujantes. Cada uno hace algo distinto. Tampoco hay horarios, todos tenemos la llave y cada uno va a trabajar cuando quiere. Algunos a un horario establecido, otros quizás de noche o solo un rato los fines de semana. Nadie lidera el espacio, somos estrictamente horizontales, todos pagamos lo mismo, todo se decide por consenso. Aunque la mayoría nos conocimos en el programa de artistas de la universidad Torcuato Di Tella en 2011 no es por eso que estemos juntos y ahí. Incluso luego del programa varios de nosotros armamos un taller colectivo en el barrio de Palermo. El lugar quedó chico y quisimos cambiar de maceta (pero claro, no todos, así que tampoco ese es el patrón).

Pero estamos juntos. Algo hay. Y quizás es ni más ni menos eso que hace que te juntes con amigos en un lugar venido abajo. Y veas un paraíso. Un futuro ecosistema de gente, colores, herramientas, plantas, historias. Tenemos eso que hace que la gente se junte a mejorar las cosas. Mejorar una situación, un entorno, un contexto, un barrio, lo que sea. Eso que pone en foco el proceso. Sabiendo que el resultado cae de maduro.

Sí, lo que tenemos en común es eso que aprendés tarde o temprano, que nada tiene sentido si no es en sociedad. Y es por eso estamos del lado opuesto a buscar ser únicos.

Alimentan a Maturín: Valeria Vilar, Federico Villarino, Ramiro Oller, Fernando Sucari, Donjo León, Joaquín Boz, Adrián Unger, Mariano Giraud, Flor Lista y Federico Lanzi.

Valeria Vilar

Federico Villarino

Ramiro Oller

Fernando Sucari

Donjo León

Joaquín Boz

Adrián Unger

Mariano Giraud

Flor Lista

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